Ayer retomamos en Cabra el curso de acuarela y tengo que decir que llegué bastante desentrenado (casi un mes sin coger las acuarelas se nota mucho). El planteamiento fue un ejercicio a partir de una foto de un canal veneciano del que años antes, había tomado en pequeño formato el apunte de abajo.
Como decía, en la acuarela la constancia y el trabajo continuo se notan. Tras comentar con las alumnas y alumnos la foto de abajo, decido cambiar la composición para realizar la acuarela en tamaño verticall y a un tamaño aproximado de 60 x 40 cm, por lo que decido suprimir gran parte de la pared de la derecha y centrarme en la luz que procede del fondo e ilumina el canal hacia el punto de vista del observador.
Comienzo con una amplia mancha mezclando los colores en el papel en lugar de la paleta y no resulta mal. Sin embargo poco a poco empieza a notarse el largo período de inactividad, cambio mucho de pincel, pongo "colorines" y me alejo de la idea primera, pierdo la armonía cromática.... Además el tiempo es muy húmedo y tengo que usar un secador de pelo varias veces. Me fijo demasiado en la foto y pierdo en cierto modo el norte, el sur, el este...
Me tengo que alejar y pensar.
Primer paso: olvidarme de la foto y quitarla de mi vista.
Segundo paso: ¿Que tengo en la paleta? Esto hay que limpìárlo y ver que nos pide esa acuarela.
¡Manos a la obra! Por fin me encuentro a gusto y voy acabando. Al final creo que no queda mal, incluso más limpia y armonizada que el apunte de ese mismo lugar realizado en 2007.
Y la luz que procede del fondo esta ahí.
... Pero que trabajo me ha costado.