El pasado sábado escogí como tema para desarrollar en el curso que imparto en Cabra, la representación de una playa. Para ello escogí una foto realizada en un puerto del Cantábrico a la que cambié formato para hacerlo más horizontal. También corregí la gama que, aunque gris la veía demasiado fría. Así que decidí ceñirme prácticamente a dos de mis colores favoritos por sus matices y extraordinaria capacidad de mezcla: el siempre indispensable azul ultramar y el versátil rojo indio, con algún añadido de los sienas y algo de azul cobalto.
Este fue el resultado.
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